El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha reafirmado su intención de asistir a la conmemoración del 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial, que se celebrará en Moscú el próximo 9 de mayo. A pesar de las críticas recibidas por parte de la alta representante de la Unión Europea para Seguridad y Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, Fico manifestó su decisión con firmeza, argumentando que su larga trayectoria en la política le permite tomar decisiones sin dejarse influir por presiones externas. Kallas había alertado sobre la participación de líderes europeos en el evento, enfatizando la desconfianza en torno a la agresión rusa en Ucrania.
Durante una rueda de prensa celebrada en Zagreb, Fico insistió en que la asistencia a esta conmemoración es un acto de reconocimiento al papel vital que jugó el Ejército Rojo en la derrota del régimen nazi de Adolf Hitler. «Eslovaquia es un estado soberano, con su propia memoria histórica», subrayó el premier, quien defendió el derecho de su país a recordar a los soldados soviéticos que sacrificaron sus vidas durante la liberación eslovaca.
Fico, un político catalogado como populista y por muchos prorruso, ha sido objeto de críticas desde que asumió la jefatura del Gobierno en 2023, especialmente por su decisión de suspender el envío de armas a Ucrania. Esta política ha suscitado preocupación no solo dentro del territorio eslovaco, sino también en el ámbito internacional, donde se teme que su alineación con Moscú afecte las políticas de defensa y seguridad de la región.
El primer ministro eslovaco destacó la impronta histórica que ha dejado la II Guerra Mundial en la identidad nacional, asegurando que la memoria de aquellos eventos está profundamente arraigada en el «codo genético» de los eslovacos. Las tumbas de miles de soldados de la antigua Unión Soviética, que lucharon por liberar Eslovaquia del yugo nazi, son un recordatorio constante de este pasado, especialmente en la capital, Bratislava, donde perviven muchas de estas historias.
Por otra parte, Fico también ha anunciado que será acompañado por Aleksandar Vučić, el presidente de Serbia, en su viaje a Moscú para la celebración del ‘Día de la Victoria’. Esta alianza entre líderes de naciones que comparten un enfoque más cercano hacia Rusia podría marcar un nuevo capítulo en las relaciones regionales, donde la percepción de la historia, la política y la soberanía juegan un papel crucial y cada vez más complejo en el contexto actual de tensiones internacionales.
