Desde su hogar en la soleada Florida, Louis Prevost ha compartido su asombro y alegría tras enterarse de que su hermano Robert había sido elegido como el nuevo papa de la Iglesia católica. «¡Fumata blanca! ¡Fumata blanca!», exclamó su esposa, lo que llevó a Louis a encender rápidamente el televisor para seguir la cobertura en vivo. En un instante, lo que parecía un día cualquiera se convirtió en uno de los momentos más memorables de su vida. El anuncio oficial tardó casi una hora en llegar, pero cuando finalmente el cardenal pronunció el nombre de «Roberto», la certeza se apoderó de él: «Lo supe enseguida», expresó Louis en una entrevista para ABC7 News. La emoción era tan intensa que Louis recuerda que, si no hubiera estado sentado, podría haber perdido el conocimiento ante lo inesperado de la noticia.
Prevost, que ha vivido a la sombra de su hermano durante años, admitió que la elección no era predecible. Según su perspectiva, ser el primer papa norteamericano presentaba desafíos, y a esto hay que sumarle la juventud de Robert, algo que podría haber sido considerado como un obstáculo. Sin embargo, Louis también conocía la amplia experiencia de su hermano en el ámbito internacional, algo que le daba un respaldo sólido para asumir tan alta responsabilidad. En sus palabras se nota un orgullo mezclado con la incredulidad de que su hermano, al que siempre vio como un líder desde la infancia, haya llegado a una posición tan prominente.
Recuerda con cariño los días de su infancia, jugando con Robert, bromeando y apuntando que él era «el santo» de la familia. Estas bromas sobre su futuro en la iglesia comenzaron a tomar un giro serio cuando Robert ingresó al seminario. Posteriormente, cuando Louis vio a su hermano ser nombrado cardenal, la realidad de que alguna vez podría convertirse en papa ya no le parecía tan descabellada. «Esto podría pasar. ¡Madre mía!», pensó en ese momento, preparándose, aunque aún sin poder imaginar la magnitud del suceso que estaba por venir.
Las reacciones de Louis al descubrir la elección de su hermano como el nuevo papa se han vuelto virales en las redes sociales, acaparando más de dos millones de visualizaciones en plataformas como Twitter y Facebook. Su sinceridad y sorpresa al compartir su experiencia han resonado en el corazón de miles que, al igual que él, no esperaban tal revelación. Este hecho no sólo ha resaltado su conexión familiar, sino que también ha permitido a la comunidad experimentar un hito histórico desde una perspectiva humana y emotiva.
La conmovedora historia de Louis Prevost ha captado la atención del público y ha añadido una capa personal a un evento que trasciende lo religioso. Su relato no solo refleja el orgullo de un hermano enamorado de su familia, sino también una fe renovada en el potencial de los líderes actuales de la iglesia. La elección de Robert como León XIV, ahora reverberando en la historia, simboliza una conexión más profunda con aquellos que lo apoyaron desde sus raíces, y es un testimonio de cómo el amor fraternal puede iluminar incluso los momentos más inesperados.
