Uno de los ejemplos más inspiradores del mundo empresarial es, sin duda, el de Gabriel Massuh, quien, a la edad de tan solo 23 años, cruzó fronteras para establecer una compañía que no solo ha sobrevivido sino que se ha consolidado como líder en el competitivo mercado chileno de importación de frutas. Nacido en Guayaquil, Ecuador, en una familia ligada al campo, Massuh siempre mostró un espíritu emprendedor que lo llevó a fundar Bagno en 1993, una empresa enfocada en la importación de plátanos. Esta decisión marcó el inicio de un camino lleno de desafíos y oportunidades, destacando la importancia de seguir las pasiones propias desde una edad temprana.
El emprendimiento se ha convertido en una tendencia creciente entre los jóvenes de hoy, y Massuh es un testimonio claro de ello. En una época en la que muchos aún piensan que es necesario esperar años de experiencia para iniciar un negocio, las nuevas generaciones están demostrando que la energía, la creatividad y la capacidad de adaptación pueden ser más valiosas que la experiencia. Para Massuh, emprender significó utilizar las herramientas digitales, el acceso a conocimiento gratuito y las redes colaborativas en su favor. Hoy, un 70% del consumo de plátanos en Chile proviene de su empresa, un logros que subraya su capacidad de innovar en un mercado dinámico.
Sin embargo, el camino del emprendimiento no está exento de retos significativos. Massuh ha enfrentado múltiples obstáculos, especialmente en su juventud, cuando a menudo se encontró lidiando con prejuicios y escepticismo por parte de aquellos que cuestionaban su experiencia y entusiasmo. Adaptarse a una cultura empresarial diferente y ganarse la confianza de proveedores, bancos y clientes no fue tarea fácil. Uno de los momentos críticos de su carrera ocurrió en 2020, cuando el Servicio de Impuestos Internos (SII) de Chile comenzó una investigación que amenazó la viabilidad de su negocio. Sin embargo, su defensa se basó en la naturaleza fluctuante del sector frutal y finalmente triunfó en el Tribunal Tributario Aduanero.
La historia de Gabriel Massuh es más que un relato de éxito empresarial; es un llamado a la acción para otros jóvenes emprendedores que buscan dejar su huella en el mundo. Su experiencia demuestra que, aunque la juventud puede considerarse una desventaja, en realidad puede servir como un poderoso motor para impulsar decisiones audaces y disruptivas. A medida que los jóvenes continúan explorando sus ideas y superando barreras, la narrativa de que la edad es un impedimento para el éxito se desmorona, dando paso a la creencia de que el emprendimiento es accesible para todos, independientemente de su edad.
Finalmente, Massuh nos recuerda que tener un propósito claro y una determinación inquebrantable puede cambiar cualquier percepción negativa sobre la edad en el mundo del emprendimiento. Su historia no solo inspira a otros jóvenes a confiar en sus propias ideas, sino que también les invita a ver el emprendimiento como una opción viable y poderosa para construir un futuro significativo. Al centrarse en el impacto que pueden tener en sus comunidades y en el mercado, los emprendedores jóvenes como Massuh están desafiando las normas establecidas y demostrando que, con pasión y trabajo duro, no hay límite para lo que se puede alcanzar.