La sonda soviética Cosmos 482, lanzada en marzo de 1972 a bordo de un cohete Molniya-M desde el cosmódromo de Baikonur, se encuentra en sus últimas horas de vida orbital. Originalmente diseñada para tomar rumbo a Venus, un error en la programación de la etapa superior Blok L dejó a la sonda atrapada en una órbita baja terrestre de 210 por 9,800 kilómetros. Tras 53 años de lenta pero inexorable desintegración orbital, la caída de la Cosmos 482 se anticipa para este próximo sábado 10 de mayo de 2025, aunque la incertidumbre en el momento preciso de su reentrada sigue generando inquietud entre expertos y entusiastas del espacio.
El seguimiento de la trayectoria de la Cosmos 482 ha sido objeto de atención por parte de la Oficina de Desechos Espaciales de la Agencia Espacial Europea, que estima que la reentrada ocurra a las 8:26 horas peninsulares (UTC +2), con un margen de error que podría extenderse hasta 4.35 horas. Aunque el punto de caída previsto se ubica sobre el Golfo de Bengala, la amplitud del margen podría llevar a la sonda a sobrevolar áreas habitadas antes de impactar, lo que aumenta la preocupación pública y la necesidad de monitoreo continuo.
Uno de los aspectos más inquietantes de la reentrada de la Cosmos 482 es su robusta construcción, diseñada para resistir las duras condiciones de Venus. En la superficie de este planeta, la presión atmosférica es 90 veces mayor que la de la Tierra y las temperaturas superan los 400 grados centígrados, lo que convierte a la sonda en un objeto que podría llegar intacto a la Tierra. Tiene un peso de 495 kilos y, dado su tamaño y la velocidad esperada de reentrada de entre 230 y 240 kilómetros por hora, es probable que su impacto cause estragos si aterriza en un área poblada.
La comunidad científica ha estado atenta a los pronósticos de reentrada de la Cosmos 482, utilizando herramientas como el sitio web N2YO.com, que ofrece estimaciones de posición en tiempo real. Sin embargo, estos datos pueden no ser completamente precisos, lo que añade un elemento de incertidumbre a la situación. Además, expertos como Marco Langbroek han estado actualizando la información sobre la sonda, contribuyendo a una mejor comprensión del fenómeno y de los riesgos asociados. La atención mediática ha empezado a aumentar a medida que se acerca la fecha de caída.
A medida que las horas se acercan para el inminente regreso de la Cosmos 482, la mezcla de expectación y preocupación crece entre científicos y el público. La historia de la sonda, que podría haber sido parte de una misión exitosa a Venus bajo el nombre de Venera 9, ahora se convierte en un recordatorio de los desafíos y riesgos asociados con la exploración espacial. Las autoridades continúan haciendo un llamado a la calma, pero los ojos del mundo estarán puestos en el cielo en un evento que, de resultar incontrolado, podría transformar un simple objeto en una verdadera amenaza en su caída.