Así como ocurrió en el mundo de la televisión y la imagen, cuya calidad evolucionó desde el tímido formato en blanco y negro hasta el 4K y 8K –o Ultra High Definition- disponibles en ciertos contenidos y aparatos contemporáneos, el audio creció también en sensaciones y fidelidad.
La unidireccionalidad aparente del sonido mono se abrió para dar paso al ochentero estéreo. De allí, la implementación de formatos cinematográficos ayudó a innovar con ideas más envolventes, que incorporaban un parlante central para sonidos bajos, con cuya vibración se otorgaba un inigualable realismo al espectador. La escalada entonces, fue sorprendente. Del 2.1 primitivo hasta el 7.2 de los sistemas de Teatro en Casa actuales, la calidad de sonido transformó la manera de escuchar música y contemplar una película o video.
Sin embargo, la capacidad del sonido de erizar la piel, se estaba volviendo un tanto artificial y, sin quererlo, estaba comenzando a abandonar la fidelidad respecto a la naturaleza, haciéndonos caer en un universo sonoro de tonos poco frescos y algo robóticos.
Y es que, la compresión del mp3 y el intento de ciertos aparatos tecnológicos por “reparar” los baches informativos de éste con respecto al disco compacto, son hoy una simple evidencia de lo que fue, pero ya no es.
¿Qué es el Hi-Res audio?
El audio en alta resolución, o Hi-Res Audio, parece llegar en rescate de la naturaleza y del control que el hombre desea hacer sobre ella, imitándola, mediante aparatos y gadgets, de la manera más fidedigna posible.
Si bien los defensores del vinilo dirán que la calidad de sonido de sus cuidados discos es insuperable, la verdad es que, en cuanto a formatos digitales, no existe hoy un superior al Hi-Res. Difícil sería imaginar un smartphone con lector de vinilo, por ejemplo, a pesar de que muchos son capaces ya de reproducir audio en alta definición.
El Hi-Res Audio es el sonido en crudo desde el estudio musical, sin compresiones ni vacíos digitales. Este formato presenta una frecuencia de muestreo mucho más completa y nutrida, proveyendo al usuario de una calidad de sonido mucho más alta.
En términos comparativos, si el CD normal era capaz de almacenar archivos de audio en frecuencias de 44,1 kHz y resoluciones de 16 bits, hoy el Hi-Res es capaz de entregar un mínimo de 96 kHz y 24 bits de resolución de audio. Como es comprensible, este archivo musical será mucho más pesado y requerirá de un disco duro más amplio, pero definitivamente la experiencia sonora lo hará valer la pena.
Para reproducir este tipo de audio, es necesario contar con un equipo compatible con su almacenamiento y reproducción y contar también con el archivo ya en Hi-Res, pues no es posible transformar por medios domésticos un archivo normal en uno d1e alta definición. Cabe mencionar, además, que el Hi-Res en sí no es un formato, sino un nivel de calidad que es posible de lograr mediante múltiples formatos, tales como flac, alac, aiff y otros.
¿Cómo se puede conseguir un archivo en Hi-Res?
Existen diversas tiendas online desde las cuales es posible descargar material en alta definición. Mediante Mastercard, Visa, PayPal y otros, el sitio web de la Orquesta Filarmónica de Berlín lanzó contenidos propios en alta definición en un franco intento por crear un punto de inflexión en su siglo de historia. Ingresando a su página, esta orquesta ofrece descargas en 24 bits y hasta 192 kHz, en estéreo y surround, con la posibilidad de encontrarlos en formato wav y flac.
También se pueden realizar compras en línea de álbumes y canciones en Hi-Res en la plataforma italiana HDMusicStore, que cuenta con oferta en diferentes géneros, formatos y formas de pago. Del mismo modo funcionan BlueCoast Records, especializada en sonido de calidad mediante audio DSD (Direct Stream Digital) y la tienda 2L.
Así, en un universo creciente de posibilidades, es posible encontrar diversas formas de disfrutar de esta calidad de sonido que, si bien para algunos es imposible de diferencia respecto de la tradicional, es, sin dudar, una contundente mejora para el usuario de tecnologías.