Teóricos espirituales hablan de oriente como “la tierra del futuro”. Y no, no se refieren únicamente a una metáfora respecto a que, según sus husos horarios, allí cada día comienza antes, sino al hecho de que pareciera que su nivel de conciencia y conexión con una especie de inteligencia omnipresente –para algunos llamada noósfera- denotara una especie de evolución más avanzada en ellos que en el resto de la humanidad. Pero claro, son sólo imaginaciones y divagaciones.
Sin embargo, en más de alguna ocasión parece ser que esta idea cobrara más fuerza. Como ahora, que China realizó sus primeras pruebas como una tecnología de punta en la industria del transporte. Se trata del primer MagLev (tren de levitación magnética) de pasajeros que será probado por la populosa república asiática en la ciudad de Changsha, en la primera mitad de este año 2016, con fabricación completamente nacional.
A pesar de que China contaba desde 2004 ya con la primera línea de trenes de levitación magnética de alta velocidad del planeta, conectado a las ciudades de Shangai y el aeropuerto Shangai Pudong, sólo en esta ocasión puede enorgullecerse de su plena fabricación, debido a que, en aquel caso, la tecnología era alemana y procedía de una alianza entre Siemens y ThyssenKrupp.
La línea que corre en la actualidad desde la capital, es capaz de ser recorrida por este tren en sólo siete minutos, aun cuando consta de 31 kilómetros de extensión. Lo que ocurre es que la impresionante rapidez de ese MagLev supera los 430 kilómetros por hora en algunos tramos. Toda una locura. En contraparte, el nuevo MagLev de Cangsha tendrá igualmente tres vagones pero contará con menos plaza que el pionero de Shangai y dispondrá de una vía de 18, 55 kilómetros de extensión, uniendo al aeropuerto internacional con la estación de ferrocarriles. El problema, para los más impacientes, es que en un comienzo, la implementación de este tren sólo le permitirá viajar a unos 100 kilómetros por hora que, si bien parecen ser suficientes, se quedan cortos para este nivel de tecnología.
La noticia de que se harían estas pruebas fue lanzada en un sitio chino de la provincia de Hunan e informó que las pruebas durarían tres meses, para luego permitir la apertura a público de la línea de MagLev de Cangsha. Dicho y hecho. Todo parece indicar que entrará en acción para pasajeros a mediados de este mes.
¿Cómo funciona un tren de levitación magnética?
Esta tecnología ferroviaria se vale del principio de atracción que indica que dos fuerzas magnéticas contrarias generan atracción entre sí y que, por el contrario, dos fueras iguales se repelen. De ese modo, los electroimanes de alta potencia con los que cuenta el MagLev le permiten elevarlo un poco sobre las vías y, a su vez, mantenerlo constantemente atraído para que no salga despedido por los aires.
El campo magnético que se genera sobre la línea permite que el tren se eleve entre 5 y 10 centímetros del piso. Este campo se logra gracias a que el tren repele los magnetos puestos sobre la vía y, la principal ventaja de ello, es que el tren termina flotando sobre un colchón de aire que disminuye el roce a niveles dramáticos, lo cual propicia que viaje a velocidades cercanas a los 500 kilómetros por hora. Además, la corriente eléctrica cambia la polaridad de los espirales magnetizados, obteniendo un arrastre permanente que empuja al tren hacia adelante.