El expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha dejado la unidad de cuidados intensivos, casi tres semanas después de haber sido internado a raíz de intensos dolores abdominales que lo llevaron a someterse a una nueva cirugía intestinal el pasado 13 de abril. La situación de salud de Bolsonaro ha despertado un interés considerable, tanto en Brasil como a nivel internacional, dada la serie de complicaciones médicas que ha enfrentado desde que fue apuñalado en 2018.
En un mensaje compartido a través de sus redes sociales, Bolsonaro anunció que ha sido trasladado a la planta del hospital DF Star en Brasilia y que se encuentra ‘clínicamente estable’, sin dolor y adaptándose a una dieta líquida. Su recuperación ha sido vigilada de cerca por médicos que han lidiado con las secuelas de anteriores intervenciones quirúrgicas, sobre todo aquellas relacionadas con el ataque que sufrió durante la campaña electoral de hace cinco años.
A pesar de la buena noticia de su salida de cuidados intensivos, Bolsonaro advirtió que aún no hay una fecha definida para su alta hospitalaria, lo que indica que su recuperación sigue siendo el foco principal para los profesionales de la salud. Esta es la sexta cirugía a la que se somete desde aquel asalto, lo que subraya la complejidad de su situación médica.
Los últimos problemas de salud de Bolsonaro han reavivado el debate sobre su estado físico y capacidad para participar en la política brasileña en el futuro. Con su mandato terminado y tras perder las elecciones en 2022, muchos se cuestionan si su regreso a la arena política está en sus planes, especialmente dado el impacto de sus múltiples intervenciones quirúrgicas en su salud.
Mientras tanto, sus partidarios han expresado su esperanza y apoyo en las redes sociales, destacando la fortaleza que ha demostrado a través de sus dificultades. La salud de Jair Bolsonaro sigue siendo un tema de actualidad en Brasil, reflejando no solo su trayectoria personal, sino también la polarización política que persiste en el país.
