Afiliados jóvenes AFP: Caen un 25% en cinco años

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El reciente Informe Previsional Estadístico elaborado por la Asociación de AFP ha dado a conocer una preocupante realidad para los jóvenes en Chile. Entre 2019 y 2024, se registró una pérdida de 183 mil afiliados dentro del rango de edad de 20 a 30 años, un fenómeno que ha llevado el número de cotizantes en este grupo etario a caer de 2,8 millones a 2,6 millones. Esta disminución se inscribe dentro de un contexto más amplio, donde la participación de jóvenes en el sistema de pensiones ha ido disminuyendo en 20 puntos porcentuales desde 1985, un dato que refleja no solo una crisis en la cultura de ahorro previsional, sino también cambios demográficos que afectan la estructura laboral en el país.

Uno de los factores más destacados por los expertos es la informalidad laboral, la cual afecta a un cuarto de los trabajadores jóvenes. Esta informalidad se traduce en empleos que no generan derechos previsionales, lo que a su vez impacta negativamente en su capacidad de ahorro a largo plazo. Según Roberto Fuentes, gerente de Estudios de la Asociación de AFP, el desempleo juvenil y el ingreso tardío al mercado formal son elementos clave que limitan las posibilidades de los jóvenes para construir un futuro previsional seguro. A pesar de que el 83% de los jóvenes entre 20 y 35 años está afiliado al sistema, solo el 44% realiza efectivamente cotizaciones, dejando su trayectoria de ahorro en una situación crítica.

Los datos recientes también revelan que, durante el último trimestre de 2024, solo el 58,7% de las personas menores de 35 años participaban en el mercado laboral de manera activa. De esta cifra, la tasa de desempleo se situó en el 11,7%, un número que pone en evidencia la fragilidad del empleo juvenil. Además, la informalidad laboral en este grupo supera en cuatro puntos a la de los trabajadores de mayor edad, lo que subraya la precariedad de muchas posiciones trabajadas por jóvenes en la actualidad. Este contexto se traduce en un historial previsional débil, que inevitablemente impactará en las pensiones futuras de estos jóvenes.

Otro dato alarmante es el crecimiento del ingreso imponible real promedio de los jóvenes, que apenas ha crecido un 0,9% anual, en contraste con el 1,7% del promedio del sistema. Mientras que los saldos previsionales están en caída libre, pasando de $8,7 millones a $5,2 millones en el caso de los trabajadores de 30 a 35 años, y de $4,3 millones a $2,2 millones para aquellos entre 25 y 30 años, se hace evidente que el escenario previsional es desalentador. Aunque existe una ligera recuperación en 2024, los números continúan siendo inferiores a los que se registraban antes de la pandemia, señalando una clara tendencia a la baja.

Finalmente, los expertos coinciden en que el ingreso temprano al mercado laboral formal es crucial para asegurar un futuro financiero estable. Fuentes enfatiza que cotizar desde los 25 años, en vez de hacerlo a los 27, puede resultar en un incremento del 11% en el monto de la pensión al momento del retiro. Por ende, el verdadero desafío radica en crear políticas que fomenten la formalización del empleo juvenil, brindando así las herramientas necesarias para un ahorro previsional sólido. Tal como concluye Fuentes, generar condiciones propicias para que los jóvenes accedan a empleos formales estables es esencial para construir un sistema previsional que brinde seguridad económica en el futuro.

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