Un benefactor anónimo cubrirá todos los gastos relacionados con el entierro de Jorge Bergoglio, conocido como el papa Francisco, quien fallecerá el próximo sábado. El Vaticano ha confirmado que la tumba del pontífice será austera y sencilla, recubierta con un bloque de mármol blanco proveniente de Liguria. Este diseño minimalista presenta únicamente la inscripción «Franciscus» y la reproducción de su cruz pectoral, elementos que reflejan la humildad y el carácter del papa argentino. La oficina de prensa del Vaticano ha difundido imágenes del sepulcro en la Basílica de Santa María Mayor, donde se espera que se lleve a cabo la ceremonia de sepultura tras su funeral en la Plaza de San Pedro.
El deseo del papa Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María Mayor, lejos de las pomposas ceremonias del Vaticano, se plasmó claramente en su testamento. En este documento, que fue fechado el 29 de junio de 2022, Bergoglio especificó que quería ser sepultado en la nave lateral izquierda del templo, un lugar cercano a la Virgen, a quien tanto veneró. El plan es que el sábado, después del funeral, que contará con la presencia de numerosos jefes de Estado, sus restos sean trasladados en un cortejo fúnebre hasta el lugar indicado para su última morada.
Una de las sorpresas de esta historia es el benefactor cuya identidad permanece en el anonimato. Según el testamento del papa Francisco, este benefactor se encargaría de los costos del entierro, evitando así que la Iglesia o el Vaticano tuvieran que asumir estos gastos. Este acto de generosidad ha sido confirmado por el Vaticano, que ha indicado que los fondos ya se han transferido directamente a la Basílica de Santa María Mayor. La identidad y el motivo de este benefactor siguen siendo un misterio, lo que ha llevado a muchos a especular sobre su relación con el papa y su legado.
Antes de su fallecimiento, Francisco también mostró su compromiso con los más necesitados al donar 200.000 euros a una fábrica de pastas ubicada en un centro penitenciario juvenil. Esta generosa acción se produjo después de una conmovedora visita en la que lavó los pies de varios jóvenes reclusos. Monseñor Benoni Ambarus, obispo auxiliar de Roma, destacó que la aportación del papa sería vital para ayudar al centro a reducir su hipoteca y así permitir la contratación de más jóvenes en situación de vulnerabilidad. Este acto ejemplar refuerza la imagen de un papa que siempre se preocupó por los más desfavorecidos.
La tumba del papa Francisco, tal como ha querido, será un símbolo de su vida dedicada al servicio y la humildad. La elección de un bloque de mármol blanco con una simple inscripción y la reproducción de su cruz alusiva a su fe resalta su legado espiritual. En un mundo que a menudo se ve atrapado en la ostentación y la riqueza, Francisco optó por dejar un mensaje claro con su sepulcro: la verdadera grandeza radica en la sencillez y el amor al prójimo. Su descanso eterno en la Basílica de Santa María Mayor, un lugar lleno de historia y espiritualidad, asegurará que su memoria viva en los corazones de muchos.