La doctora en Filosofía y comunicadora, Diana Aurenque, junto al periodista Rafael Cavada, han hecho público su romance desde septiembre del año pasado. En múltiples ocasiones, la pareja ha compartido momentos de su relación a través de las redes sociales, mostrando un lado íntimo y personal que ha captado la atención de sus seguidores. Sin embargo, la comunicación se ha intensificado, y hoy Aurenque ha decidido abrirse más sobre su vida amorosa y su experiencia como madrastra de los hijos de Rafael en una entrevista con Las Últimas Noticias.
Diana Aurenque, de 42 años, reflexionó sobre su relación con la maternidad, una temática que siempre había considerado lejana. «Se hizo evidente que no quería ser mamá. La única vez que lo pensé fue cuando me acercaba a los 40 y me daba mucha rabia que ya no era mi decisión no ser madre, sino que el cuerpo tomaba esa decisión por mí», explicó la académica, evidenciando la lucha interna que sintió con el paso del tiempo sobre el deseo de maternidad.
A pesar de su posición sobre la maternidad, el vínculo con Rafael Cavada, de 57 años, le brindó una nueva perspectiva. Diana compartió su sorpresa al enamorarse de un hombre que no solo es su pareja, sino también un padre presente de tres niños de 2, 5 y 7 años. «Fue muy inesperado el contraste con Rafa, que es muy opinante, reflexivo, muy adulto, y verlo con estas tres personitas pequeñas que son parte de él fue muy bonito. No estaba buscando pololo y encontré una familia», comentó Aurenque, resaltando el amor que ha comenzado a sentir por los hijos de Cavada.
En una publicación de Instagram en enero, Aurenque habló sobre su nueva familia, describiéndola como algo que jamás soñó y que incluso rechazó en su momento. «La familia que aprendí contigo, que jamás soñé y hasta rechacé, y hoy me autoinvento feliz ‘dianastra'», escribió, celebrando su nueva vida junto a Rafael y sus hijos. Esta evolución ha sido un viaje significativo para Diana, quien admite que estaba muy enfocada en su libertad y que enfrentar la figura de madrastra ha sido una experiencia única y gratificante.
Finalmente, Aurenque compartió su deseo de equilibrar su identidad como profesional y su rol en una nueva familia. «Me gustan los niños, me gusta comprometerme, pero tampoco quiero perder eso otro, mis espacios. La figura de la madrastra es ideal», explicó, destacando su búsqueda de un balance entre sus responsabilidades familiares y su libertad individual. La relación de Aurenque y Cavada ha encantado a muchos, no solo por su conexión personal, sino también por las dinámicas familiares que han empezado a construir juntos.



















