China y Estados Unidos han concluido sus dos días de negociaciones comerciales en Londres, alcanzando un acuerdo preliminar que establece un marco de trabajo para implementar el consenso logrado entre los presidentes Xi Jinping y Donald Trump en su reciente conversación telefónica. Durante las dilatadas sesiones de trabajo, ambos equipos de negociadores se enfocaron en construir un entendimiento más sólido para facilitar un futuro comercio más fluido entre ambas naciones, que han estado en un constante tira y afloja comercial.
Li Chenggang, principal negociador del equipo chino, expresó que las conversaciones fueron caracterizadas por intercambios «profesionales, racionales, profundos y sinceros». Según su declaración a través de la agencia estatal china Xinhua, las partes han llegado a un entendimiento preliminar que será reportado a sus respectivos dirigentes. Li también subrayó la importancia de este marco establecido, resaltando que los avances logrados en Londres podrían ser un paso significativo hacia el fortalecimiento de la confianza entre ambas potencias.
En el lado americano, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, mostró optimismo respecto a los resultados de las negociaciones, afirmando que el nuevo marco incluirá medidas para aliviar las restricciones sobre tierras raras, un recurso indispensable para varias industrias, incluyendo la automotriz. Lutnick confirmó que el consenso alcanzado será presentado al presidente Trump para su aprobación, lo que marcaría un hito en las relaciones comerciales entre ambas naciones y podría dar paso a la implementación de las medidas acordadas en estas intensivas jornadas.
Las conversaciones en Londres son un intento claro de mitigar las crecientes tensiones que han surgido entre China y Estados Unidos, especialmente en el contexto de las acusaciones mutuas sobre el incumplimiento de un acuerdo previo firmado en Ginebra. Las restricciones impuestas por Estados Unidos sobre la exportación de tecnología avanzada han sido contrapuestas a las restricciones chinas sobre recursos esenciales como las tierras raras, complicando aún más la relación bilateral y alimentando un ciclo de desconfianza.
Sin embargo, la reciente llamada telefónica entre Xi y Trump parece haber abierto un camino para la desescalada. En su reunión en Ginebra, ambas naciones acordaron un pacto temporal para reducir significativamente los aranceles a productos comerciales, fijando un periodo de 90 días para implementar estos cambios. Este acuerdo no solo refleja un compromiso de ambas partes por mejorar sus relaciones comerciales, sino que también subraya la complejidad de gestionar las diferencias en un entorno geopolítico tan volátil.



















