Lituania ha decidido dar un paso adelante en cuestiones monetarias al suprimir gradualmente las monedas de 1 y 2 céntimos, una medida que entrará en vigor a partir de mayo de 2025. El Parlamento lituano aprobó recientemente una ley que promueve el redondeo de los importes de los pagos en efectivo, una acción que se alinea con la tendencia que ya han adoptado otros siete países de la zona euro. Esta decisión surge tras una encuesta de la Comisión Europea que reveló que un 61% de los europeos apoyan la eliminación de estas monedas, evidenciando una creciente aversión hacia la calderilla que a menudo resulta inútil en las transacciones diarias.
A partir de la implementación de esta normativa, los montos finales de las compras pagadas en efectivo serán redondeados al múltiplo más cercano de 5 o 10 céntimos. El Banco de Lituania ha defendido esta reforma afirmando que, al simplificar la contabilidad diaria, se facilita el proceso de pago y se contribuirá a reducir la acumulación de monedas pequeñas en los hogares lituanos. Cada año, se estima que se pierden alrededor de 300,000 euros en monedas que son percibidas como poco útiles, un problema que la eliminación de estas pequeñas denominaciones pretende resolver.
Sin embargo, la decisión lituana no ha sido bien recibida por todos en Europa. Los países del sur del continente, que tradicionalmente tienen una mayor dependencia de la calderilla, han mostrado una notable reticencia ante la supresión de las monedas de menor valor. Las diferencias culturales y económicas entre las regiones de Europa juegan un papel crucial, y muchos en países como Italia y España afirman que eliminar estas monedas podría causar inconvenientes en los pagos cotidianos, especialmente para aquellos que usan efectivo con frecuencia.
Para ilustrar la magnitud del problema, se ha compartido una imagen impactante: trece vagones de tren abarrotados de monedas pequeñas están en circulación. Esta representación demuestra la cantidad de 1 y 2 céntimos que inutilmente se acumulan y a menudo se pierden, lo que fortalece el argumento a favor del redondeo y la eliminación de estas denominaciones. A medida que Lituania avanza hacia este cambio, se espera que otros países sean inspirados a considerar reformas similares, aunque el camino hacia una moneda en efectivo más eficiente todavía presenta obstáculos significativos.
En conclusión, la decisión de Lituania de eliminar las monedas de 1 y 2 céntimos es un movimiento notable que refleja una transformación en la gestión del dinero en Europa. Mientras algunos ven en esto un avance hacia la modernización de los pagos y un alivio en la carga de la calderilla, otros permanecen reacios a dejar atrás una tradición que forma parte de sus culturas económicas. Mantener un equilibrio entre innovación y adaptación cultural será crucial en el futuro de las políticas monetarias en la eurozona.