En un insólito caso que ha conmocionado al Reino Unido, el médico Neil Hopper, de 49 años, ha sido condenado a 32 meses de prisión por autolesionarse de manera intencionada con el fin de amputarse las piernas. Según informes de la BBC, Hopper utilizó hielo seco para congelar sus extremidades, buscando así desarrollar un escenario que le permitiera cobrar una indemnización del seguro por un valor cercano a los 610 millones de pesos chilenos. La ejecución de este extremo procedimiento fue motivada tanto por un deseo económico como por un fetiche personal que lo llevó a buscar la amputación.
El tribunal reveló que Hopper planeó su autolesión alegando eventual sepsis espontánea, sin revelar que el daño había sido autoinfligido. Este aspecto de su defensa fue especialmente problemático, ya que los jueces consideraron que su fraude no solo era un intento de lucrar con el sistema de seguro, sino también una manifestación de sus deseos más oscuros. La sentencia impuesta no solo abarcó el fraude, sino que también incluyó cargos por posesión de pornografía extrema relacionada con mutilaciones, lo que añade una capa macabra a la naturaleza de sus crímenes.
Hopper, que trabajaba como médico, alegó durante el juicio que su urgencia por la amputación surgía de una sensación de estar en un cuerpo equivocado, sugiriendo implícitamente una identidad de género femenina. Sin embargo, los jueces desestimaron esta explicación, considerando que el acto de autolesionarse y los planes de fraude estaban claramente motivados por aspectos mucho más perturbadores. La defensa de su caso se centró en la lucha interna que el médico había manifestado, pero esto no fue suficiente para evitar la condena.
El caso de Neil Hopper ha abierto un debate sobre la intersección de la salud mental y el fraude en el sistema de seguros. Expertos en psicología señalan que la búsqueda de la amputación como una forma de expresión de identidad puede ser compleja y puede asociarse a trastornos disforia de género o parafílicos. Sin embargo, la naturaleza del crimen y el plan deliberado para comprometer su propia salud ha llevado a que muchos cuestionen cómo se debe tratar a personas con tales impulsos, especialmente en profesiones que requieren altos estándares de ética.
Este escándalo ha creado un gran temor y escepticismo en la comunidad médica y en la sociedad en general. Los casos de fraudes de seguros son comunes, pero las acciones extremas de Hopper han estremecido las nociones preconcebidas sobre el comportamiento humano y la salud mental. Mientras la comunidad médica busca distanciarse de este incidente, el juicio ha resaltado la necesidad de abordar los problemas de salud mental de manera adecuada, así como salvaguardar la integridad de los sistemas de atención médica y de seguros.



















