El reciente acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y China en Ginebra, que establece un mecanismo de consultas comerciales, marca un paso significativo hacia la resolución de la prolongada guerra de aranceles entre ambas potencias. He Lifeng, viceprimer ministro de China y jefe negociador en estas conversaciones, destacó la importancia de esta nueva etapa en las relaciones económicas bilaterales. Las disputas arancelarias, que han afectado diversos sectores económicos en ambos países, habían alcanzado un punto crucial, lo que motivó la necesidad de establecer este mecanismo que busca fomentar el diálogo directo y constructivo.
La reunión en Ginebra se caracterizó por ser un encuentro «sincero, profundo y constructivo», como lo calificó el propio He Lifeng. Durante este encuentro, las delegaciones de los dos países discutieron una serie de temas económicos que han generado tensiones en el pasado. Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE.UU., también expresó su satisfacción con las conversaciones, subrayando que se están realizando esfuerzos significativos para ajustar las políticas comerciales que han obstaculizado una cooperación más fluida entre las dos naciones.
El anuncio de este nuevo mecanismo de consulta económica y comercial fue recibido con optimismo por analistas y expertos en relaciones internacionales, quienes ven en este acuerdo una señal de que ambos países están dispuestos a dejar atrás las hostilidades y trabajar hacia un enfoque más colaborativo. Según el comunicado oficial difundido por la agencia Xinhua, se prevé que ambas partes celebren más reuniones en el futuro para abordar de manera sistemática las cuestiones de interés mutuo y buscar resoluciones a los conflictos comerciales persistentes.
Este desarrollo ocurre en un contexto global donde las relaciones comerciales son cruciales para la estabilidad económica, especialmente tras los efectos desestabilizadores que la pandemia de COVID-19 ha tenido en las economías de todo el mundo. La guerra de tarifas impuestas por la administración Trump no solo ha tenido repercusiones en Estados Unidos y China, sino también en múltiples economías que dependen de las cadenas de suministro de estas dos superpotencias. Por ello, se considera esencial que ambas partes eviten escaladas en sus políticas arancelarias y se enfoquen en la diplomacia comercial.
Las expectativas sobre este mecanismo de consulta son altas, y tanto Estados Unidos como China comprenden la importancia de restablecer la confianza mutua en sus relaciones comerciales. El secretario Bessent se comprometió a proporcionar más detalles sobre el acuerdo en los próximos días, lo que podría ofrecer una visión más clara sobre los próximos pasos a seguir. Ambos países parecen estar alineados en su deseo de avanzar hacia un escenario donde la cooperación sea la norma, beneficiando no solo a sus economías, sino también al comercio global en general.



















