La mañana de este domingo, más de una veintena de gazatíes perdieron la vida y más de cien resultaron heridos en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, después de que fuerzas israelíes abrieron fuego mientras la población civil se aglomeraba en los puntos de distribución de ayuda humanitaria. Según un comunicado emitido por el Gobierno gazatí, el ataque ocurrió mientras las personas esperaban recibir bienes básicos, lo que ha sido calificado como una nueva masacre en un contexto de creciente violencia y sufrimiento humanitario. La impotencia de los ciudadanos se profundiza a medida que buscan desesperadamente acceso a alimentos y medicinas en medio de un conflicto prolongado.
Mientras el Ejército israelí mantiene silencio sobre este trágico incidente, las fuentes locales reportan que los tanques israelíes comenzaron a disparar a alrededor de las cuatro de la madrugada. El ataque se centró en el barrio de Tel al Sultán, donde miles de civiles se habían reunido en espera de ayuda. La situación se ve agravada por la advertencia de la Defensa Civil gazatí, que indicó que sus equipos de rescate no podían llegar a la escena debido al peligro inminente, ya que las fuerzas israelíes continuaban abriendo fuego en zonas adyacentes a los centros de distribución de ayuda.
En un incidente separado, el hospital Al Wada en Nuseirat reportó la muerte de un gazatí y múltiples heridos, incluyendo a tres menores, como resultado de los ataques a otro punto de ayuda en Netzarim. Este desafío palpable para la salud pública resalta la complejidad del contexto humanitario, que ya ha sido criticado por organismos internacionales. Según el Gobierno de Hamás, se ha demostrado, a través de informes y testimonios, que el enfoque de «distribución de ayuda humanitaria a través de zonas de contención» es una estrategia que pone en peligro a los civiles y carece de efectividad.
Las autoridades palestinas informan que el recuento total de muertes en estos puntos de distribución gestionados por la Fundación Humanitaria para Gaza, respaldada por Estados Unidos e Israel, se eleva a 39, con más de 220 heridos en menos de una semana. Este incremento alarmante de víctimas destaca la urgencia de abordar la crisis humanitaria en Gaza, donde los residentes sufren la falta de acceso a recursos básicos y la constante amenaza de violencia. Las organizaciones humanitarias internacionales y los defensores de los derechos humanos han expresado su preocupación por la seguridad de la población civil en medio de este conflicto.
La grave situación en Gaza pone de manifiesto la complejidad del conflicto y los desafíos que enfrentan las comunidades en busca de ayuda humanitaria. Las tensiones entre las fuerzas ocupantes y la población civil continúan afectando la vida diaria de miles de personas que luchan por sobrevivir en estas condiciones extremas. El llamado a la comunidad internacional para que intervenga y busque soluciones efectivas al sufrimiento de los gazatíes es más urgente que nunca, ya que el ciclo de violencia parece no tener fin, y el impacto en los más vulnerables es devastador.



















