Intercambio de ataques entre India y Pakistán: G-7 interviene

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Las tensiones entre India y Pakistán han escalado dramáticamente en las últimas horas, con ambos países intercambiando ataques con drones en sus bases fronterizas. Este clima bélico ha cobrado un alto precio, pues al menos un alto cargo del Gobierno indio ha perdido la vida y dos funcionarios han resultado gravemente heridos tras los bombardeos lanzados por Pakistán en Jammu y Cachemira, según informes de las autoridades de aviación civil. La situación se ha vuelto crítica, con la comunidad internacional observando con gran preocupación este nuevo episodio de confrontación entre los dos países.

Los recientes ataques se centraron en la zona de Rajouri, donde un proyectil de artillería paquistaní impactó en la vivienda de los funcionarios, mientras que otras explosiones fueron reportadas en diversas localidades de la región, incluyendo Srinagar y Punjab. Este incremento de las hostilidades confirma la grave crisis armada que atraviesan ambos países por el control de esta disputada región, lo que ha llevado a los líderes locales a emitir comunicados de alerta y a la población a vivir en medio del miedo y la incertidumbre.

Desde Pakistán, las fuerzas militares han afirmado que varios misiles y drones indios han atacado sus bases aéreas, incluyendo las ubicadas en Chakwala, Rawalpindi y otras localizaciones estratégicas. El teniente general Ahmad Sharif Chaudhry, portavoz militar de Pakistán, aseguró que un número significativo de estos proyectiles han sido interceptados con éxito por sus sistemas de defensa aérea, lo que añade un nuevo nivel de tensión al actual conflicto. Este intercambio de ataques resalta no solo la fragilidad de la situación, sino también la persistente hostilidad entre ambos vecinos nucleares.

Por otro lado, Islamabad ha anunciado una operación militar contra las bases indias, con objetivos específicos como un almacén de misiles en el norte de India. La ofensiva, que ha sido codificada como ‘Operación Bunyanun Marsoos’, se produce en un contexto de alta vulnerabilidad y hostilidad, lo que sugiere un escalonamiento de la estrategia militar de Pakistán. Mientras tanto, la respuesta de los líderes indios ha sido menos directa, ya que ni el ministro de Defensa indio ni su homólogo pakistaní han emitido declaraciones sobre estos últimos ataques.

En medio de esta escalada de violencia, el Grupo de los Siete (G-7) ha instado a ambos países a cesar las hostilidades. Los ministros de Exteriores del G-7, junto con el Alto Representante de la Unión Europea, condenaron firmemente el atentado que tuvo lugar en Pahalgam, que dejó 26 muertos, y han hecho un llamamiento urgente para rebajar las tensiones, enfatizando la necesidad de diálogo directo para alcanzar una solución pacífica. La comunidad internacional manifiesta su profunda preocupación por la seguridad de los civiles y advierte que cualquier nueva escalada militar podría significar una grave amenaza para la estabilidad regional.

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