El estado de salud de Jair Bolsonaro ha generado preocupaciones tras el anuncio de un empeoramiento en su condición. Según el último boletín médico divulgado este jueves, el expresidente brasileño ha presentado una «elevación de la presión arterial» así como un deterioro en sus exámenes hepáticos. Esta situación ocurre tras una operación intestinal a la que fue sometido el pasado 13 de abril, la cual duró más de doce horas y marcó la sexta intervención quirúrgica en la misma región, desde el ataque que sufrió en 2018 cuando fue apuñalado.
Bolsonaro, que busca recuperar relevancia política en Brasil, había sufrido una crisis intestinal dos días antes de ser operado, mientras participaba en una gira para promover un proyecto de amnistía para los manifestantes radicales condenados por el intento de golpe del 8 de enero de este año. Este evento dejó una profunda huella en la política brasileña y ha llevado a Bolsonaro a ser juzgado en el Supremo Tribunal de Brasil como uno de los presuntos instigadores en los disturbios que asaltaron las sedes de los poderes del Estado.
En el contexto de su convalecencia, el exmandatario intenta mantenerse al tanto de los asuntos judiciales que le conciernen. Este miércoles, durante su estancia en la unidad de cuidados intensivos, fue notificado por una oficial de Justicia sobre el proceso abierto en su contra. A pesar de que la notificación debió haberse realizado la semana pasada, los médicos decidieron posponerla en función de su estado de salud. No obstante, el tribunal optó por proceder con la entrega tras la aparición pública de Bolsonaro en redes sociales, donde promocionaba un nuevo producto.
La reacción de Bolsonaro ante la notificación ha sido de evidente irritación. En un video publicado en sus redes sociales, se muestra el momento en que recibe la noticia legal, interrumpido por la preocupación de un asistente que señala el aumento de su presión arterial. Este episodio ha planteado cuestionamientos sobre el manejo de su tiempo en el hospital y la interacción con el sistema judicial, lo que ha sido criticado por diversos sectores que consideran inapropiado el uso de su imagen en la situación actual.
Los médicos han indicado que Bolsonaro seguirá en ayuno oral y recibiendo nutrición parenteral exclusiva mientras se somete a nuevos exámenes de imagen para evaluar su estado. Asimismo, continúa con fisioterapia motora y medidas de prevención de trombosis venosa, complicaciones comunes en pacientes que se recuperan de cirugías extensas. Sin duda, la salud del ex presidente y sus implicaciones políticas continuarán siendo un tema relevante en el escenario brasileño.
