Erupción del Etna: Impactante actividad volcánica en Sicilia

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Una impresionante columna de humo se ha alzado nuevamente este lunes desde el cráter del Etna, el volcán más activo de Europa, ubicado en la isla italiana de Sicilia. La nueva fase eruptiva, que comenzó de madrugada, se ha caracterizado por una serie de explosiones que han dejado imágenes espectaculares y la demostración palpable de la fuerza de la naturaleza en su máxima expresión. Testigos presenciales han compartido sus experiencias en redes sociales, donde las imágenes del fenómeno han circulado rápidamente, capturando la atención de millones.

La erupción dio inicio con una fuerte explosión y el colapso de parte del cráter sureste, lo que resultó en un destacado flujo piroclástico que se hizo visible desde varios kilómetros de distancia. Las cámaras de vigilancia del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) documentaron cómo una densa nube de material volcánico descendía por el Valle del Leone, sin sobrepasar su frontera natural. Este evento ha sido objeto de análisis por parte de los expertos, quienes alertan sobre el peligro que representan estos flujos para las comunidades cercanas.

Además del flujo piroclástico, se activó una fuente de lava en la cima del volcán, creando un flujo que se dirige hacia el Valle del Bove. El tremor volcánico ha alcanzado niveles extraordinarios, con una intensa actividad infrasónica en la zona del cráter. Según información del INGV, la altura de la nube eruptiva ha superado los 5.000 metros, desplazándose hacia el oeste-suroeste debido a los vientos, lo que plantea preocupaciones sobre el posible impacto en el tráfico aéreo de la región.

A pesar del espectáculo que ofrece la erupción, las autoridades han mantenido la calma y han informado que el aeropuerto de Catania sigue operativo. Sin embargo, se debe tener en cuenta que los flujos piroclásticos, como los observados durante esta erupción, son uno de los mayores peligros que puede presentar un volcán. Estas corrientes, que combinan gases calientes, cenizas y fragmentos de roca, pueden moverse a velocidades superiores a los 100 km/h y alcanzar temperaturas extremas que superan los 1.000 grados, constituyendo un riesgo grave para cualquier persona que se encuentre en su trayectoria.

La reciente erupción ha sorprendido a numerosos turistas y curiosos que se hallaban en las cercanías del Etna, muchos de los cuales se vieron obligados a evacuar precipitadamente al inicio del fenómeno. Dada la creciente popularidad del Etna como destino turístico, ha aumentado la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad en la zona. Los equipos del INGV continúan monitorizando de cerca la actividad del volcán, manteniendo la alerta naranja en la región y advirtiendo sobre la posibilidad de nuevos colapsos o variaciones en la actividad eruptiva en el futuro cercano, lo que resalta la imperiosa necesidad de estar preparados ante cualquier eventualidad.

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