El desafío de la transición energética necesita de liderazgo y compromiso de las empresas. Fomentar el diálogo y la participación es entender el compromiso con la sostenibilidad y es un insumo necesario para abordar este proceso de manera transversal.
El mundo actual plantea serios retos en torno a la sostenibilidad y la transición energética. Estos desafíos han llevado a la sociedad civil y también a las empresas a diseñar y desempeñar roles más activos en los procesos que involucren a los ciudadanos y los entornos cuando de infraestructura energética se trata.
Esto ha generado la necesidad de desarrollar nuevas políticas, adoptar prácticas sostenibles y establecer liderazgos alineados con estos nuevos estándares. En Chile, compañías innovadoras y con amplia trayectoria como Transelec, un nombre destacado en la transmisión de energía eléctrica, que tiene una destacada visión de sostenibilidad desde hace una década.
Testimonio de ello es el trabajo de Paola Basaure Barros, profesional con experiencia en evaluación de proyectos y sobre todo en participación ciudadana, hoy vicepresidenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de la compañía.
“Nuestra empresa está implementando políticas y prácticas pioneras en el sector. Con más de 20 años de experiencia en participación y medio ambiente, me desempeño en la creación y crecimiento de equipos multidisciplinarios para desarrollar proyectos transformadores en energía y recursos hídricos”, señala.
Y es que hoy en día la importancia del diálogo comunitario va más allá del cumplimiento de estándares, sino que es un activo a la hora de posicionar a las empresas en la dirección correcta hacia los cambios que el país y el mundo demandan.
En ese sentido, la necesidad de fomentar el diálogo intersectorial para lograr una transición energética efectiva es fundamental para asegurar alianzas estratégicas, colaboraciones y sinergias público-privadas.
Diálogo intersectorial: la visión de Paola Basaure
La sostenibilidad va de la mano con un cambio de mentalidad y filosofía en las empresas que buscan diferenciarse y adaptarse. Dentro de esa búsqueda, Transelec confió en la experiencia, excelencia y criterio de Basaure para asumir en la vicepresidencia de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad, específicamente para fortalecer la visión del liderazgo que la empresa ha desarrollado por años basada en conexiones profundas y de confianza con las localidades y la sociedad civil sino también con sus pares en el sector energía.
En ese sentido, en un rubro competitivo como el energético, busca liderar desde la incidencia con la convicción de que los desarrollos que involucran innovación en transmisión y fomento de ERNC contribuyen al desarrollo de un país que busca tomar la delantera en materia medioambiental y de transición energética.
Desde el paso inicial de avanzar hacia la descarbonización como parte del plan de transición energética, hoy las sociedades y las empresas se enfrentan a una fase secundaria no exenta de desafíos.
La valoración de las energías renovables ha experimentado grandes retos, debido a que el sistema tiene desafíos asociados a la diversidad geográfica y las fluctuaciones temporales en la generación de estas energías. Esta situación ha impactado la operación y el progreso hacia la neutralidad de carbono, ocasionando vertimiento de energía renovable, para finalmente recurrir a fuentes fósiles que aseguren la estabilidad del sistema.
En ese sentido, las soluciones están a la vista, sin embargo su implementación no es sencilla y requiere, justamente, la participación activa de las esferas público-privadas.
Según Paola Basaure Barros, “para entregar estabilidad a los sistemas hay que desarrollar mucha infraestructura, como corredores de transmisión, proyectos de almacenamiento y discutir nuevos protocolos que excluyan el uso de combustibles fósiles como garantía”, señala.
El impacto del diálogo en la aceleración de la transición energética
Es por ello que las alianzas son fundamentales para asegurar inversión y voluntad política para avanzar en los objetivos. En nuestro país, el Ministerio de Energía con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desarrolla un trabajo técnico de revisión de análisis sectoriales para la identificación de aspectos de consenso y disenso en torno al plan de descarbonización.
En ese proceso de diálogo se trabajó una hoja de ruta con el año 2030 como meta que incluyó la participación de la sociedad civil, la industria y la academia, con tres bloques temáticos considerados relevantes:
- Modernización de la red e infraestructura habitante.
- Descarbonización, reconversión y combustibles de transición.
- Transición justa.
Sobre este tema, Basaure explica que el rol de las empresas del rubro es cada vez más activo y vinculante, ya que la adopción de nuevas tecnologías y el crecimiento de las ERNC son tremendamente atractivas para invertir y desarrollar. No obstante, la voluntad debe ser transversal, “hoy existen retrasos en la implementación de condiciones necesarias para operar en los diferentes niveles, lo que impide que a veces ciertas soluciones se materialicen. Por otro lado, sin planes de concientización y educación para la ciudadanía se genera resistencia a las propuestas, lo que añade incertidumbre sobre costos, plazos y otros aspectos”, aclara.
Según datos de la UE en su estudio “Plan de Acción para la Economía Circular” de 2023, las empresas que avanzan en adoptar prácticas sostenibles y vinculadas al diálogo impactan positivamente entre sus pares, estimulan la competencia y la innovación, contribuyendo a un crecimiento económico de un 0,5% en la UE.
Experiencia local y desafíos futuros
Empresas como Transelec y liderazgos como los de Paola Basaure en la industria están transformando el enfoque hacia la gestión de proyectos energéticos mediante fundamentos sólidos de desarrollo que priorizan la transparencia y la participación de la ciudadanía y otras empresas.
De ahí la importancia de involucrar y consultar a las comunidades en el diseño y planificación de proyectos que impactarán, por ejemplo, en su vida cotidiana y cómo esto ayuda a reducir no sólo la desinformación sino también posibles conflictos sociales o ambientales.
En Transelec, Basaure Barros ha fortalecido este enfoque en la planificación y ejecución de proyectos, demostrando ser clave para asegurar el éxito y la aceptación por parte de las comunidades involucradas.
Según el estudio “Futuro de la Energía en Chile” elaborado por el World Energy Council, la tendencia futuro es precisamente involucrar a todos los actores relevantes. En el análisis, se plantea la figura de los factores de cambio del futuro y cómo influyen en el tiempo.
Entre estos actores se encuentran los ciudadanos “prosumidores”, los participantes en nuevos y renovados negocios y los miembros del sector público involucrados en ámbitos y servicios más amplios que los tradicionalmente asociados con la energía.
Cada uno de estos actores tendrá acceso a oportunidades específicas y enfrentará desafíos mayores según avancen las tendencias. Dentro de esa esfera, empresas como Transelec se acoplan a la idea que el estudio sugiere sobre la posición de los actores privados y públicos en los desafíos.
Para lograr una mejor integración, las empresas cada vez contarán con más ámbitos de actuación abiertos y competitivos, serán más sensibles a los requerimientos sociotecnológicos, se vincularán más con ecosistemas de innovación y startups y otorgarán servicios complementarios que potencian, vinculan y flexibilizan sus servicios.
Para las empresas que buscan contribuir positivamente a la sociedad y ser actores relevantes en todas las instancias de diálogo es fundamental acoplarse a estos objetivos, aplicar cambios en sus cúpulas y políticas y adoptar visiones a largo plazo que fomenten el bienestar corporativo y social.