El reconocido periodista Rodrigo Sepúlveda ha analizado la sorpresiva y dura derrota de la Universidad de Chile, conocida como «la U», ante el equipo argentino Estudiantes en el marco de la Copa Libertadores. El empate en 0-3 en el Estadio Nacional dejó a los hinchas y al cuerpo técnico decepcionados, y Sepúlveda no escatimó en críticas, señalando que el equipo ha estado mostrando un rendimiento irregular en sus últimos partidos. Aseguró que, aunque ha habido destellos de buen fútbol, la actuación del equipo en este partido fue inferior a lo esperado y alarmante para los seguidores del cuadro chileno.
Desde el minuto 22, Sepúlveda enfatizó que la «U» cayó en una espiral de confusión y errores, considerándola una de las peores presentaciones del equipo que ha presenciado. Para muchos críticos, la ausencia de Charles Aránguiz ha sido un factor en el rendimiento del equipo, pero el periodista manifestó que los errores que llevaron a los goles del oponente fueron completamente independientes de la falta del mediocampista. Resaltó que los tres goles encajados eran consecuencia de ‘errores infantiles’, lo que indica que la problemática va más allá de una sola baja.
Al analizar la alineación, Sepúlveda criticó la decisión de incluir a Gonzalo Montes en la mitad de la cancha, cuestionando su rol y efectividad en el juego. «No puedo entender a qué entró Montes, su función fue completamente invisible», observó. Esta falta de claridad en la función de los jugadores en el campo resultó en que el equipo jugara en desventaja numérica, lo que afectó su desempeño en una zona crítica del campo. La comparación entre Montes y el nivel que Aránguiz provee fue inevitable y probablemente dolorosa para los aficionados.
En su análisis, el periodista también hizo hincapié en la inseguridad que se generó en la zona defensiva de la «U», donde la actuación de Poblete le pareció errática y desconcertante. La falta de cohesión en la mitad de la cancha se tradujo en un juego defensivo vulnerable, donde cada retroceso del balón se convertía en una latente amenaza de gol. Esta ineficacia táctica evidenció no solo la falta de entendimiento entre los jugadores, sino también una desconexión en la planificación estratégica del partido.
Finalmente, a pesar del desánimo tras la derrota, Sepúlveda reconoció el inquebrantable apoyo de la hinchada azul, que alentó al equipo hasta el último minuto del encuentro. El amor por la camiseta y la lealtad de los fanáticos se hicieron palpables a través de las redes sociales y en el mismo estadio, demostrando que, aunque el resultado no fue el esperado, la pasión por la «U» sigue viva. La presión será ahora sobre el cuerpo técnico y los jugadores para reflexionar sobre esta presentación y buscar mejorar en los próximos compromisos.
