Conoce el nuevo disco duro de cuarzo: 360 Tb en una mano

Disco de cuarzo, para almacenamiento masivo.

Lejos quedaron ya los disquetes y los pendrives de 128 Mb. Atrás quedaron también las grandes cajas de computadoras que abarcaban todo un escritorio y que acumulaban una cantidad nefasta de polvo. Hoy todo parece volcarse hacia el uso de nuevo materiales y la implementación de tecnologías de almacenamiento con una relación tamaño-capacidad cada vez más eficiente. Ahora bien, lo que hizo un grupo de científicos de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, parece haber llegado a la hipérbole máxima del desarrollo de esta área.

Se trata de un pequeño artículo, hecho de cuarzo y que es capaz de sobrevivir millones de años con la información intacta en sí. Es un disco duro conocido como el “Superman de las memorias”, pues supera todo lo conocido hasta hoy.

Esta épica gesta de ingeniería consiste en el uso de un cristal nanoestruturado que desarrolla un mecanismo de almacenamiento óptico revolucionario, basado en una técnica de recuperación de información en cinco dimensiones. Esta innovación tecnológica de primer nivel ofrece una capacidad de almacenamiento que alcanza los vertiginosos 360 Tb en tan sólo un cristal de cuarzo. Casi imposible de imaginar.

La posibilidad de grabar datos en este dispositivo de almacenamiento se logró gracias a un láser ultrarrápido que produce pulsos extremadamente cortos e intensos. De este modo, el archivo se escribe en tres capas de puntos nanoestructurados (cristales de tamaño menor a 100 nanómetros) y separados por sólo cinco micrómetros (una millonésima de metro). Luego, la información es guardada en cristal de cuarzo fundido a través del ensamblaje de las nanoestructuras, que son codificadas en cinco dimensiones.

En términos simples –si es que algo aquí puede ser simple- esta tecnología permitirá crear discos que sean capaces de durar eternamente. Y claro, eternamente porque, según se calcula, su vida útil alcanzaría los 13.800 millones de años en temperatura ambiente de 190 grados, lo cual es casi la edad del universo en sí mismo. Por si fuera poco, también puede resistir temperaturas cercanas a los mil grados centígrados.

Uno de los miembros del Centro de Investigación Optoelectrónica de la Universidad de Southampton, Peter Kazansky, declaró lo siguiente: “Es sumamente emocionante pensar que hemos creado la tecnología para preservar y almacenar documentos e información para las generaciones futuras. Esta tecnología puede asegurar la última evidencia de nuestra civilización: lo que todos hemos aprendido no será olvidado”.

Algunos alcances

A priori, la implementación de este sistema parece ser el inicio del fin de los problemas de almacenamiento, pero, verlo así es de extrema miopía. Resulta pues que un invento así permitiría que en uno o dos discos duros se pudiera almacenar los archivos de texto e imagen de una biblioteca completa y, en algunas cuantas decenas, la sabiduría e historia humana en su completitud.

Además, considerando la persistencia y duración del mecanismo, su almacenamiento podría llevar la huella de la humanidad hasta épocas tan avanzadas, que probablemente nuestra especie ya estaría convertida en otra cosa. Incluso, si lo imaginamos, civilizaciones como la Maya o Azteca, o imperios como el egipcio, preservarían su legado hasta hoy de una manera infinitamente más legible que la que los arqueólogos han podido recuperar.

Sin duda alguna, podríamos estar frente al inicio de una nueva era de almacenamiento y tecnologías para toda la especie humana.

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