Hace dos años, Apple lanzó su Apple Watch Series 9, enfatizando su compromiso con la sostenibilidad al proclamar que se trataba de su primer producto neutro en carbono. La compañía afirmó que todos los procesos, desde la fabricación hasta el desecho del dispositivo, eran respetuosos con el medio ambiente y no contribuían al calentamiento global. Sin embargo, esta declaración ha sido cuestionada recientemente tras la decisión de un tribunal alemán que ha exigido a Apple retractarse de sus afirmaciones sobre la neutralidad en carbono de los modelos Series 9 y Series 10, argumentando que las prácticas alegadas no cumplen con los estándares reales de sostenibilidad.
El litigio fue presentado por el grupo ambientalista Deutsche Umwelthilfe (DUH), que señala que, aunque Apple compensa las emisiones de carbono generadas por sus relojes mediante la compra de créditos de carbono, la cifra real de emisiones por cada reloj es de más de 8 kilogramos. Apple ha estado utilizando créditos que provienen de proyectos de reforestación en Paraguay, donde se plantan árboles de eucalipto. Sin embargo, las condiciones de estos proyectos han sido puestas en entredicho, ya que la mayoría de las tierras utilizadas están en arrendamiento y su contrato finaliza en 2029, lo que podría poner en riesgo la permanencia de estos árboles y, por ende, la validez de la compensación de carbono.
El tribunal alemán expresó que el corto plazo de los arrendamientos cuestiona seriamente la afirmación de Apple sobre la neutralidad en carbono. Según la presidenta del tribunal, los consumidores pueden esperar razonablemente que los proyectos de reforestación seguirán activos y eficientes hasta el año 2050, en línea con los objetivos del Acuerdo de París, que busca una reducción significativa de las emisiones de carbono en la segunda mitad del siglo. De este modo, la falta de garantías de que estos bosques permanecerán intactos durante ese tiempo implica que Apple no puede asegurar la compensación de CO2 de manera efectiva.
La decisión del tribunal también resalta una preocupación más amplia sobre las prácticas de compensación de carbono utilizadas por muchas empresas en la actualidad. Los créditos de carbono, aunque son promovidos como una solución para mitigar las emisiones, pueden ser ineficaces si no se gestionan a largo plazo. En el caso de Apple, la falta de un compromiso claro y sostenible en sus proyectos de compensación pone en duda la seriedad de su autobranding como una empresa ecológica. La exigencia de sinceridad en las claims de sostenibilidad es cada vez más importante para los consumidores conscientes del medio ambiente.
Hasta el momento, Apple no ha emitido comentarios respecto a la decisión del tribunal. La compañía se encuentra en una encrucijada que podría afectar su imagen y relación con los consumidores, especialmente aquellos que valoran la sostenibilidad. A medida que la presión sobre las empresas para que sean más transparentes en sus prácticas ambientales aumenta, la situación de Apple refleja la necesidad de que las corporaciones no solo hagan declaraciones ambiciosas, sino que también respalden sus compromisos con acciones concretas y viables a largo plazo.



















