En un acuerdo histórico, Arabia Saudí y Estados Unidos han convenido este martes una inversión en un paquete armamentístico que asciende a la impresionante cifra de 142.000 millones de dólares. Este acuerdo representa un hito significativo en la relación bilateral, centrándose en la modernización de capacidades aéreas y espaciales, misiles, seguridad marítima, seguridad fronteriza y sistemas de comunicación. La colaboración no solo abarca la venta de armamento, sino también incluye programas de entrenamiento y apoyo destinados a fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas saudíes, buscando así una mayor integridad y estabilidad en la región. La Casa Blanca indica que más de una docena de empresas de defensa estadounidenses se beneficiarán de este acuerdo, que se enmarca dentro de un compromiso más amplio que alcanza los 600.000 millones de dólares en gasto militar.
Cabe destacar que, aunque el acuerdo es robusto, no se han precisado detalles sobre la posible inclusión de los cazas F-35, que Arabia Saudí ha manifestado interés en adquirir durante años. Estos aviones de combate están en posesión de Israel desde hace casi una década, lo cual añade una capa de complejidad a la negociación. Según la Casa Blanca, este paquete armará a Arabia Saudí con tecnología de vanguardia que no solo mejorará su defensa nacional, sino que también contribuirá a la seguridad regional más amplia. Ello resalta la intención de Estados Unidos de mantener a Arabia Saudí como su principal socio en temas de defensa en un contexto regional volátil.
El anuncio de este acuerdo se realizó tras la llegada del presidente Donald Trump a Arabia Saudí, donde fue recibido por el príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán. Este evento marca el primer viaje oficial al extranjero de Trump desde su regreso al poder en enero, y su oficina lo ha presentado como un símbolo de una ‘nueva era dorada’ en la alianza entre los dos países. La importancia de este vínculo se ve reflejada en la búsqueda de la Casa Blanca de reforzar las relaciones diplomáticas y comerciales, un objetivo que continúa a pesar de tensiones pasadas y cambios en la administración estadounidense.
Más allá de las cuestiones militares, ambos países también están interesados en fortalecer la colaboración en ámbitos culturales, educativos y científicos. Se ha anunciado un acuerdo entre las agencias espaciales de Estados Unidos y Arabia Saudí, lo que indica que el alcance de la cooperación se expande más allá de la defensa. Además, la empresa saudí DataVolt ha comprometido una inversión de 20.000 millones de euros en el desarrollo de centros de datos de inteligencia artificial y la infraestructura energética en Estados Unidos. Estas iniciativas complementan el panorama general de la cooperación bilateral, que se proyecta como una vía para el desarrollo económico y tecnológico en ambos países.
La presencia del príncipe Mohammed durante la visita de Trump subraya el estatus singular que el expresidente goza en Arabia Saudí, donde ha cultivado relaciones diplomáticas estrechas. Este contraste es notable frente a la visita del expresidente Joe Biden en 2022, en la que se percibió un desaire por parte del príncipe heredero al no recibirlo con la misma deferencia. Tras su estancia en Arabia Saudí, Trump viajará a Qatar, en medio de la controversia por la aceptación de un Boeing 747-800 como regalo de la nación árabe, un acto que ha provocado críticas incluso en círculos aliados. Este trasfondo añade una dimensión más personal a las ya complejas dinámicas de poder en la región del Medio Oriente.



















