La Policía turca ha llevado a cabo una operación que ha resultado en la detención de Youness en Naciri, un hombre que ha sido acusado de abusar sexualmente de más de un centenar de niños. Esta detención se produce en el contexto de la mayor red de pornografía infantil desarticulada en España, cuya actividad delictiva ha sido objeto de investigación durante años. Según informan medios turcos, Naciri había estado en la lista de búsqueda internacional desde 2019, debido a su participación activa en una organización criminal dedicada a la explotación sexual infantil.
El arresto se llevó a cabo en un hotel ubicado en Bodrum, una popular localidad turística de la costa mediterránea turca. Gracias a una orden de arresto internacional emitida por Interpol, las autoridades turcas pudieron monitorear y localizar al fugitivo, quien había eludido a la justicia desde el año 2015, cuando la red fue desarticulada. Junto a Naciri, otros dos individuos, Jean Luc Aschbacher y Christian Bernard Georges Arson, también fueron implicados en los delitos, aunque Naciri lograba mantenerse en el anonimato hasta ahora.
Naciri era un fugitivo que había evadido la justicia justo antes de un juicio clave celebrado en la Audiencia Provincial de Tarragona en 2019. Este juicio ya había visto la condena de Aschbacher a 240 años de prisión por múltiples delitos relacionados con la captación y abuso de menores, mientras que Arson fue sentenciado a 19 años. La detención de Naciri podría significar un paso importante hacia la justicia para las numerosas víctimas afectadas por esta red de explotación sexual.
Durante su arresto, Naciri se presentó como un refugiado palestino y negaba tener pasaporte en su poder, pero las autoridades confirmaron su verdadera identidad mediante un análisis de huellas dactilares y la posterior recuperación de su pasaporte, que estaba oculto en su equipaje. Esta revelación resalta no solo la astucia con la que operaba Naciri, sino también la importancia de los esfuerzos de cooperación internacional para identificar y capturar a criminales que intentan eludir la justicia.
La red de Naciri se conoce por su brutalidad, captando a niños en situaciones vulnerables para someterlos a abusos sexuales, con más de 300 grabaciones realizadas principalmente en un piso de Tortosa, aunque también en otros países. De las más de cien víctimas identificadas, solo 18 han podido ser documentadas formalmente, todas ellas en un rango de edades entre los 11 y 16 años. Esta situación pone de manifiesto la imperiosa necesidad de un enfoque más fuerte y coordinado a nivel internacional para combatir la explotación infantil y proteger a aquellos más desprotegidos en la sociedad.