Zacut en la Luna: La historia detrás de un cráter

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La historia de cómo un libro de hace 400 años ha llevado el nombre de un salmantino a la Luna es verdaderamente fascinante. Al mirar al satélite de la Tierra, uno puede casi oír el eco de las voces de los antiguos astrónomos que, al igual que Galileo Galilei, se sintieron maravillados por la espectacular belleza de su superficie. Este asombro encuentra un puente en el tiempo a través del ‘Almagestum Novum’, una obra de Giovanni Battista Riccioli publicada en 1651 que no solo cartografió la Luna, sino que también presentó una serie de nombres que han perdurado hasta nuestros días. Entre ellos, se encuentra el nombre de Abraham Zacut, un astrónomo salmantino que, aunque poco conocido en la historia más amplia, desempeñó un papel significativo en el desarrollo de la astronomía medieval.

Hoy en día, las denominaciones lunares son establecidas oficialmente por la Unión Astronómica Internacional (UAI), un organismo que también ha reconocido la herencia astronómica de España. Entre los 22 cráteres nombrados en honor a figuras españolas, destaca el cráter Zacut, que fue asignado erróneamente como Zagut. Esta confusión subraya no solo la falta de conocimiento sobre la historia de este astrónomo, sino también la importancia de revisar y corregir textos históricos que pueden contener errores en la transliteración de nombres en distintas lenguas. A más de 400 años de distancia, el legado de Zacut sigue aportando luz a la comprensión del cosmos.

El Almagestum Novum es una combinación de ciencia y arte, que invita a los lectores a viajar a través del espacio y el tiempo. La obra de Riccioli incluye un impresionante mapa que revela la estructura irregular de la Luna, un recordatorio de cómo el conocimiento astronómico ha evolucionado y se ha perfeccionado con los años. Sin embargo, pocos han tenido la oportunidad de apreciar su valor en su formato original. En la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca, las páginas del Almagestum Novum siguen siendo un testimonio crucial de la búsqueda de la humanidad por entender su lugar en el universo.

Al profundizar en la historia de Zacut, encontramos una rica conexión entre su obra y sus sucesores. Citado por Riccioli, se menciona que Zacut realizó observaciones astronómicas desde Salamanca en 1474, especialmente en torno a la ocultación de la estrella Spica por la Luna. Este descubrimiento no solo fue un avance en la astronomía, sino que también sirvió para calcular la precesión de la Tierra, un concepto fundamental para nuestros conocimientos actuales sobre el movimiento planetario. Esta extraordinaria contribución ha quedado registrada en el mapa lunar de Riccioli, aunque bajo el nombre erróneo de «Zagut».

A lo largo de los siglos, la figura de Abraham Zacut ha sido eclipsada, y su historia merece ser contada y corregida. La UAI, a la que le corresponde la responsabilidad de la nomenclatura lunar, debería considerar la propuesta de cambiar «Zagut» por «Zacut» o «Zacuto». Este cambio no solo reivindicaría el nombre de un astrónomo salmantino, sino que también enriquecería el legado cultural e histórico que España ha aportado al mundo de la astronomía. Mientras el ser humano sigue explorando el espacio y los misterios del universo, el recuerdo de figuras como Zacut debe ser preservado y celebrado en la cartografía del cosmos.

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