Por qué beber vinagre no es recomendable ni para controlar la glucosa ni para intentar adelgazar

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En Maldita.es ya os hemos explicado por qué no existe remedio milagroso alguno para adelgazar rápidamente: ni dietas concretas (como la detox, la alcalina o la disociada) ni pastillas o remedios caseros (como el agua con limón). Esta vez, nos habéis preguntado si es cierto que el vinagre de manzana podría ser útil para este objetivo y si es cierto que es capaz de ‘controlar’ el nivel de azúcar o glucosa en sangre.

Como el resto de supuestos remedios, el vinagre no es un alimento con potencial adelgazante, ni antes ni después de hacer deporte, pero tampoco en ningún otro momento; aunque es cierto que su ingesta sí puede reducir la glucemia postprandial (es decir, los niveles de azúcar en sangre después de comer), en caso de acompañar comidas ricas en hidratos de carbono complejos (como patatas o granos integrales).

Ni el vinagre (ni ningún otro alimento) ‘adelgaza’

Aunque en muchas ocasiones se hable alegremente de adelgazar o engordar, ninguno de los dos son procesos sencillos ni dependen de una sola variable. A pesar de que muchas dietas o remedios milagro hablan de ellos como el resultado de una mera diferencia calórica (‘si ingiero más calorías de las que gasto, engordo; si ingiero menos, adelgazo’), “no podemos pensar en el equilibrio energético como un principio físico sin considerar también los mecanismos biológicos que promueven el aumento de peso. Es decir, basarnos solamente en el equilibrio de calorías consumidas vs. gastadas sin tener en cuenta nada más es simplemente banalizar el metabolismo”, explica Diana Díaz Rizzolo, doctora en biomedicina, nutricionista y profesora en la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).

Sobre si el vinagre podría colaborar en la quema de calorías por parte de nuestro cuerpo, este no ayuda a acelerar el metabolismo ni a adelgazar ni a depurarnos. “Es absolutamente falso”, señalaba la dietista-nutricionista Beatriz Robles en Saber Vivir. “Ni el vinagre de manzana, ni el de uva”, añade. Sara Tabares, directora deportiva de PERFORMA Entrenadores Personales y autora del libro Ellas entrenan, coincide en Twitter: El vinagre no aumenta tu metabolismo basal; tomar vinagre antes o después de entrenar no te ayudará a perder peso”.

Como apunta la Clínica Mayo, los defensores del vinagre de manzana afirman que este tiene numerosos beneficios para la salud y que beber una pequeña cantidad o tomar un suplemento antes de las comidas ayuda a reducir el apetito y quemar grasas. Sin embargo, añade, hay poco respaldo científico para estas afirmaciones, como ya explicamos en Maldita.es. Los estudios sobre el uso del vinagre de manzana para adelgazar no siempre han demostrado una pérdida de peso significativa y sostenible en diversos grupos de personas.

Las virtudes atribuidas al vinagre se deben a uno de sus componentes, el ácido acético. Según sugieren algunos estudios en ratas obesas, este podría prevenir la acumulación de grasas y mejorar el metabolismo (pero siguen siendo eso: estudios en ratas). Si hablamos de investigaciones en humanos, ninguna estudia específicamente los efectos del vinagre de manzana, además de ser estas pequeñas y a corto plazo.

En conclusión, “la evidencia científica de que el consumo de vinagre (ya sea o no de manzana) sea un medio confiable a largo plazo para perder el exceso de peso no es convincente”, señala en la página web de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) Robert H. Shmerling, miembro de la Facultad de Medicina de la misma universidad. Incluso entre los defensores de este ‘truco adelgazante’, no está claro ni cuánto ni cuándo hacerlo para que resulte efectivo.

Recuerda: no hay una solución mágica para perder peso”, concluye el artículo de la Clínica Mayo, revisado por Katherine Zeratsky, editora especialista en la guía de nutrición y alimentación saludable. “Los beneficios para la salud que sospechamos que tiene el vinagre deben ser confirmados por estudios humanos más amplios, y esto ciertamente sucederá a medida que los investigadores se basen en lo que se ha estudiado en humanos y animales hasta la fecha”, señalaba en The Conversation Gabriel Neal, profesor de Medicina Familiar, en la Universidad de Texas A&M (Estados Unidos).

Aunque el consumo de vinagre no es peligroso, puede relacionarse con algunos riesgos

Que no sea útil para adelgazar o para acelerar el metabolismo, no quiere decir que su consumo vaya a suponer un peligro para nuestra salud ni mucho menos: podemos utilizar el vinagre como condimento sin problema.

Ahora bien, es cierto que su consumo excesivo puede relacionarse con ciertos riesgos: dado que es extremadamente ácido, la Clínica Mayo advierte de que puede irritar la garganta, en caso de beberlo a menudo o en grandes cantidades; además, el vinagre de manzana puede interactuar con ciertos suplementos o medicamentos, incluidos los diuréticos y la insulina, lo que puede contribuir a niveles bajos de potasio.

El vinagre sí puede afectar a la glucosa en sangre después de una comida, pero no es la herramienta adecuada para conseguirlo

Hay estudios que muestran que, aunque no tiene potencial adelgazante, el vinagre sí es capaz de reducir la glucemia postprandial (es decir, los niveles de azúcar en sangre después de una comida) si acompaña a comidas ricas en hidratos de carbono complejos. Por ejemplo, patatas, legumbres y granos integrales, como cebada o avena. “Esto último es importante, porque si nos lo vamos a tomar para evitar el pico de glucemia tras tomar un dulce o un refresco (ricos en azúcares simples), no funciona tan bien”, explica la dietista-nutricionista Lucía Martínez en El País.

Como continúa la experta, por un lado, el vinagre retrasa el vaciado gástrico, lo que consigue que la comida llegue más lentamente al intestino, alargando el proceso de digestión. Por otro lado, dificulta la descomposición de las moléculas de los hidratos de carbono y, por tanto, que nuestro cuerpo las absorba rápidamente.

Entonces, ¿por qué no suele ser una recomendación para este fin por parte de expertos en dietética y nutrición? Muy sencillo: “Porque es una más del montón de cosas que pueden amortiguar la curva de glucemia y no es la de primera elección cuando tenemos a un paciente que precisa de ese control, porque intentamos no caer en dar soluciones engañosamente sencillas a problemas muy complejos, porque sabemos contextualizar los mensajes y porque distinguimos herramientas que podemos usar en consulta puntualmente de soluciones mal enfocadas”, continúa Martínez.

A pesar de la repercusión del vinagre consumido con hidratos de carbono complejos, “que nadie se confunda, no previene la diabetes”, señala Robles en La Vanguardia. Añade que, de hecho, esos mismos efectos “se logran con los alimentos ricos en fibra, porque favorecen una digestión más lenta, que permite que se vaya liberando la insulina poco a poco, y sin provocar efectos adversos”.

No se debe perder el verdadero objetivo: nuestra salud

El problema de los contenidos que proponen el vinagre como solución al sobrepeso y a los problemas de glucemia en sangre es que dan a entender que este tiene un importante papel en nuestra salud. Un enfoque erróneo para una premisa cierta.

El resultado, según Martínez es que, en la práctica, nos está distrayendo de las acciones verdaderamente útiles y relevantes a la hora de prevenir enfermedades, desatendiendo el resto de la alimentación, el mantenimiento de un peso saludable y la práctica de actividad física.

“Si [beber vinagre] fuera una estrategia realmente relevante para el conjunto de la población, ¿no cree que la principal guía clínica de referencia la recogería, ya que el mecanismo se conoce desde hace décadas?”, concluye Martínez.

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