Kach Kouch, un yacimiento arqueológico ubicado en el norte de África, está cambiando la manera en que entendemos la historia de la Edad del Bronce en esta región. Según un estudio reciente realizado por un equipo de jóvenes investigadores del Instituto Nacional de Arqueología de Marruecos, este asentamiento agrícola, que data de hace más de 3000 años, evidenciaría la existencia de sociedades organizadas en la costa mediterránea africana en una era histórica en la que la civilización micénica florecía en el Mediterráneo oriental. Este hallazgo no solo amplía el conocimiento sobre la prehistoria reciente del Magreb, sino que también reconfigura la visión de las interacciones culturales entre África del Norte y otros pueblos mediterráneos durante este periodo.
Descubierto por primera vez en 1988, Kach Kouch fue objeto de excavaciones en 1992, en las que se pensó que el yacimiento había estado habitado entre los siglos VIII y VI a.e.c. gracias a la cerámica fenicia hallada en la zona. Sin embargo, las investigaciones más recientes, llevadas a cabo entre 2021 y 2022 con tecnología avanzada, han revelado una ocupación más compleja y prolongada del asentamiento. A través de técnicas contemporáneas como drones y modelos 3D, los arqueólogos han podido mapear y datar adecuadamente el yacimiento, proporcionando vislumbres de sus tres fases de ocupación que datan desde el 2200 hasta el 600 a.e.c.
La primera fase de ocupación, que va del 2200 al 2000 a.e.c., ha mostrado fragmentos escasos de material, lo que sugiere que el asentamiento pudo haber sido temporal durante este periodo. A pesar de que los restos encontrados son limitados —incluyendo cerámica sin decorar, una lasca de sílex y un hueso de vaca—, este periodo plantea preguntas sobre la dinámica de vida de sus pobladores y su posible estructura social. Los investigadores speculan que factores como la erosión o el escaso asentamiento permanente pudieron influir en la reducción de materiales hallados.
La segunda fase de ocupación, que comienza en el 1300 a.e.c., muestra un cambio significativo con una mayor estabilidad habitacional. Se estima que los habitantes, que no excedían el centenar de personas, se dedicaban a la agricultura y la ganadería, construyendo viviendas circulares en bajareque y construyendo silos en la roca para almacenar sus productos. Los análisis revelan una dieta que incluía trigo, cebada y legumbres, además de la cría de diversas especies ganaderas como vacas, cabras y cerdos. Este periodo también destaca por la aparición de herramientas de piedra y cerámica decorada, así como el hallazgo del objeto de bronce más antiguo conocido en el noroeste africano, lo que resalta el desarrollo cultural de la época.
Finalmente, hacia el 600 a.e.c., el asentamiento de Kach Kouch fue abandonado, presumiblemente por razones socioculturales y económicas. Aunque no se sabe con certeza si estas poblaciones seguían un modelo tribal, como lo harían más tarde en el periodo mauritano, parece que mantenían estructuras familiares menos jerárquicas. La continuidad cultural hallada en Kach Kouch establece a sus habitantes como los antepasados directos de las futuras sociedades mauritanas, convirtiendo a este yacimiento en un hito fundamental que redefine nuestra comprensión de la prehistoria en el Magreb y sus conexiones transmediterráneas.