En una innovadora investigación presentada el 31 de marzo de 2025, David Antonio Rosas Espín, de la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología (UDIT), ha discutido cómo ciertas plantas autóctonas pueden jugar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. En particular, las especies *Salsola kali* y *Salsola soda*, comúnmente conocidas como barrillas, están siendo estudiadas por sus capacidades únicas. Estas plantas, que prosperan en suelos salinos y áridos, podrían ser la clave para convertir el dióxido de carbono del aire en formaciones rocosas, ofreciendo una solución natural a la creciente crisis ambiental. Este enfoque no solo busca mitigar el calentamiento global, sino también restaurar la salud del suelo en áreas afectadas por la desertificación.
La crisis climática es un desafío global que, según los últimos estudios, ha alcanzado niveles alarmantes. En el sureste de España, la Desertificación se ha intensificado, llevándose consigo la fértil tierra agrícola y exacerbando el estrés hídrico en la región. A medida que las temperaturas continúan aumentando, se hace evidente la necesidad urgente de estrategias efectivas. Investigaciones como las propuestas por el equipo de Rosas Espín se centran en soluciones biológicas, ya que las barrillas no solo son eficientes a la hora de fijar carbono, sino que también son capaces de utilizar aguas salinas para su crecimiento, creando un ciclo sostenible que beneficia tanto a la agricultura como al medio ambiente.
Revisando la historia, es evidente que nuestros antepasados conocían las propiedades beneficiosas de las barrillas, tal como lo demuestra el uso de estas plantas en la producción de vidrio y jabones hasta el siglo XIX. La tradición oral permitió que el conocimiento sobre cómo producir la famosa piedra de barrilla perdurara, aunque con malentendidos que llevaron al declive de su producción. El ingenio de los maestros barrilleros era admirable; sin embargo, las prácticas fraudulentas y la competencia de procesos industriales modernos han oscurecido su legado. Hoy, gracias a la investigación contemporánea, existe la oportunidad de revitalizar estas antiguas prácticas y adaptarlas a métodos sostenibles y tecnológicamente avanzados.
En colaboración, los investigadores de la Universidad de Murcia y la UDIT han comenzado a emplear técnicas de agricultura de precisión e inteligencia artificial para optimizar el cultivo de barrillas en Huéscar, Granada. Con una estrategia que busca replicar los antiguos métodos de producción, los estudios preliminares están generando una mayor comprensión de los factores necesarios para obtener piedra de barrilla de alta calidad. Este ‘barrillar 4.0’ no solo busca fomentar la producción local de este recurso tan valioso, sino que también plantea la posibilidad de convertir los cultivos en herramientas para combatir el cambio climático, actuando como sumideros de CO₂ y restaurando la salud ecológica de la región.
Mirando hacia el futuro, el proyecto de convertir el aire en piedra a través de prácticas agrícolas sostenibles podría transformar fundamentalmente la economía rural en la España vaciada. Al proporcionar nuevas oportunidades económicas y restaurar tierras degradadas, estos cultivos no solo enfrentarán los desafíos del cambio climático, sino que también revitalizarán comunidades que han sido dejadas de lado. La integración de tecnologías avanzadas y el conocimiento ancestral permitirá que estas iniciativas sean efectivas, promoviendo un modelo económico que incentive la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Sin duda, la colaboración entre ciencia y tradición puede ofrecernos un camino prometedor hacia un futuro más resiliente.