Datos, mitos y bulos sobre el uso de parches anticonceptivos
Existen diversas opciones en cuanto a métodos anticonceptivos se refiere. En ÜberFinis, hemos hablado largo y tendido sobre algunos de ellos, como la píldora diaria a la que quizás estamos más habituados. Si ‘Despiste’ es tu primer apellido y prefieres no tener que estar pendiente de las tomas diarias y más o menos a la misma hora, no te preocupes, hay otras muchas propuestas de cara a una planificación preventiva del embarazo. Entre ellas, los parches anticonceptivos. ¿Qué hacen en nuestro cuerpo para conseguir su cometido?
Si te preguntabas si también existen mitos y bulos relacionados con el parche, la respuesta es sí. Por ejemplo, ¿es cierto que su uso aumenta el riesgo de contagio de virus del papiloma humano (VPH)? ¿Y que interfiera negativamente en la fertilidad de quien lo lleva?
¿En qué consiste el mecanismo del parche anticonceptivo?
Al igual que la píldora, el parche es un método anticonceptivo hormonal. Consiste en una delgada lámina cuadrada de plástico beis, de 40 por 40 milímetros, que se pega en la piel. Como su propia clasificación indica, libera hormonas, siendo esta la forma en la que es efectivo en su objetivo, impedir el embarazo.
Gracias a su parte adhesiva “se liberan hormonas que se absorben a través de la piel”, como señala la Asociación Española de Pediatría (AEP): “Estas son las mismas que las que contienen las píldoras anticonceptivas: estrógeno y progestina, las cuales inhiben la ovulación, evitando así que la mujer quede embarazada”.
Como señala a ÜberFinis Rosa María Cárdaba García, enfermera especialista en Ginecología y Obstetricia y profesora de la facultad de enfermería de Valladolid, el ciclo hormonal de la mujer está formado por el eje hipotálamo-hipófisis-ovario.
En el hipotálamo, el área del cerebro que controla la temperatura del cuerpo, el hambre y la sed, también produce la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), siendo estas otro tipo de hormonas encargadas de regular los procesos relacionados con las gónadas (tanto ovarios como testículos) y, por tanto, con la reproducción. En las mujeres, activa la producción de estrógenos y progestágenos, precisamente las sustancias encargadas de la ovulación.
En caso de hacer uso del parche, será este quien las administre, por lo que “el organismo dejará de producirlas, rompiendo el eje hormonal e inhibiendo la ovulación”: “Si la mujer fértil no ovula, no puede haber una gestación”, relaciona la experta.
¿Cómo se utiliza?
Como adelantábamos, el parche anticonceptivo es un método hormonal combinado de liberación a través de la piel. Están formados por tres capas: una externa de poliéster (que funciona como protección); una intermedia, que contiene las hormonas, y una interna, también de poliéster y que incluye el adhesivo para pegar sobre el área de la piel elegida para su aplicación.
Esta ‘pegatina’ debe comenzar a utilizarse el primer día de la menstruación, en la piel sana, limpia, seca y sin vello (glúteos, abdomen, parte superior externa del brazo o torso, pero nunca en las mamas). Se debe mantener cada parche durante una semana, siendo necesario en cada ciclo emplear tres parches y ‘descansar’ siete días, como también señala la web de salud MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Para pegarlo correctamente, Cárdaba recomienda presionar firmemente hasta que los bordes se adhieran a la piel por completo. “Cuando se aplica después del primer día del ciclo menstrual, se sugiere utilizar un anticonceptivo de barrera durante la primera semana”, añade.
Por si aún tenías dudas, el parche debe mantenerse pegado de forma ininterrumpida. ¿Qué pasa, entonces, si se nos cae o despega parte de él? Si no llega a las 24 horas desde que ocurrió, Cárdaba propone intentar volver a pegarlo; pero puede que no siempre lo consigamos.
“Si no es posible, puede aplicarse un nuevo implante. La fecha de cambio seguirá siendo la misma”, afirma Cárdaba. Si ha pasado más de un día (o no estamos seguros de cuánto tiempo exactamente), “debe reiniciarse un nuevo ciclo de 21 días y aplicar un nuevo parche”. Mientras tanto (y por si acaso) mejor utilizar algún anticonceptivo no hormonal, de barrera, como los preservativos.
¿Es cierto que el parche es menos eficaz que la píldora anticonceptiva diaria evitando el embarazo?
Parte de las desinformaciones que circulan alrededor de este método anticonceptivo están relacionadas con que el parche tiene menor eficacia que la píldora diaria en cuanto a la evitación del embarazo se refiere. ¿Es esto cierto? “No”, contesta rotundamente María Isabel Acien Sánchez, doctora en Obstetricia y Ginecología por la Universidad Miguel Hernández, a ÜberFinis.
El porqué es que la eficacia de los métodos anticonceptivos se mide por el índice de Pearl, una operación matemática cuyo resultado indica el número de embarazos que sucedería en un grupo de 100 mujeres utilizando el método anticonceptivo de forma correcta durante un año. “El índice de Pearl es similar para todos los métodos hormonales combinados (aquellos que llevan estrógeno y gestágeno en su composición) independientemente de la vía de administración (oral, cutánea-parche o vaginal-anillo)”, aclara Acien.
Es más, como añade Cárdaba, en general, los métodos hormonales son los más efectivos de entre todos los que existen en el mercado, en lo que a anticoncepción se refiere. Según explica y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la eficacia de los métodos hormonales combinados no difiere mucho a pesar de la gran variedad de ellos que existen en la actualidad. En este caso, las píldoras combinadas y los parches hormonales tienen el mismo índice de Pearl, 0,3.
La principal ventaja del parche es que no se ve influenciado por vómitos o diarrea, como las píldoras que emplean la vía oral, para su absorción. Ahora bien, al igual que con la píldora “su eficacia puede disminuir en caso de estar tomando ciertos tipos de antibióticos y otros medicamentos, como antivirales”, como recuerda a ÜberFinis Julia Redondo, enfermera especialista en obstetricia y ginecología. Su recomendación en caso de darse esta situación es consultar con nuestro médico.
¿Aumenta el riesgo de virus de papiloma humano si se usa el parche anticonceptivo?
Acien es clara al afirmar que no existe relación causa – efecto demostrada entre el uso de parches anticonceptivos y el riesgo de contagio de VPH, otro de los mitos que lo rodean. “El uso de cualquier método anticonceptivo que no sea de barrera (como el preservativo) no aumenta el riesgo de contagio de este virus, sino que no lo previene”, aclara, como tampoco lo previene el anillo, los dispositivos intrauterinos (DIU), las inyecciones, la ligadura de trompas o la vasectomía.
Es decir, no se debe confundir el objetivo de la anticoncepción con los beneficios secundarios de la misma. “La anticoncepción, como su propio nombre indica, sirve para evitar una concepción o embarazo”, como señala Cárdaba, no infecciones de transmisión sexual (ITS).
Lo que está claro y así lo establecen asociaciones científicas como la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) y la Sociedad Española de Contracepción (SEC), es que, en caso de varias parejas sexuales o relaciones esporádicas con diferentes parejas, se debería emplear doble método anticonceptivo: uno hormonal, el más eficaz en cuanto a anticoncepción, y uno barrera, como el preservativo, para evitar estar expuestos a ITS.
Aun así, Cárdaba recuerda que la principal protección frente al VPH está en la vacunación de las niñas y niños antes del inicio de las relaciones sexuales”: “A veces solo se vacuna a las niñas y con eso no es suficiente”.
En cuanto a literatura científica, y según Redondo, a día de hoy, no está claro el papel que juegan las hormonas sexuales (no solo procedentes de los parches, sino de cualquier otro método anticonceptivo hormonal) en la infección por el virus del papiloma humano, así como su persistencia.
“Según los últimos artículos científicos publicados en este campo (como este, este o este), parece que la progesterona incrementa el ARN mensajero viral y estimula de forma significativa su replicación. Sin embargo, los estudios realizados en humanos para determinar la relación entre el uso de anticonceptivos y la infección por este virus han generado resultados no claros, discordantes”, expone Redondo y concluye que la relación entre los anticonceptivos hormonales y el VPH es un tema “aún bajo estudio” y del que “no hay resultados claros”.
A largo plazo, ¿puede el uso del parche afectar a la fertilidad?
Otra de las dudas que suscita este método anticonceptivo entre quienes se plantean comenzar a utilizarlo es si su fertilidad puede, a largo plazo, verse comprometida. Las expertas consultadas por ÜberFinis coinciden en que, al igual que cualquier otro anticonceptivo hormonal, el parche no tiene ningún efecto negativo sobre la fertilidad.
“Muchas usuarias de anticonceptivos hormonales tienen dudas sobre la recuperación de su fertilidad tras cesar su uso, pero esto es sólo un mito: no afectan para nada a la fertilidad de las mujeres”, aclara Redondo.
Lo único a tener en cuenta es que, tras suspender el uso del anticonceptivo y dependiendo del tipo, sí se tardará más o menos tiempo en recuperar la normalidad de los ciclos menstruales habituales. En el caso de quien cese en el uso del parche, este tiempo es de unos 4 meses. Redondo recomienda ir al ginecólogo si transcurrido este tiempo, no se recuperan los ciclos menstruales normales.
“Es más, ante un mínimo descuido (como que se despegue un parche y la mujer deje de absorber hormonas suficientes) puede dejar de estar protegida y, si mantiene relaciones sexuales, podría quedarse embarazada”, añade Cárdaba.
La única forma en la que se podría establecer una relación entre ambos y que la fertilidad se pudiese ver comprometida, sería el no haber utilizado un método de barrera durante las relaciones sexuales. Es entonces cuando podemos topar con infecciones de transmisión sexual (ITS) que afecten la fertilidad. Entre otras, como recuerda Acien, una infección por clamidias, que afecta a la permeabilidad tubárica (el ovocito no puede desplazarse hasta el útero para su implantación).
Como decíamos, en las instrucciones de uso de los parches anticonceptivos se señala que hay una semana al mes en la que este no se utiliza. “Durante esta, se tiene la menstruación. Es equivalente al descanso o semana de pastillas placebo de otros métodos”, sostiene Acien. Ahora bien, como ocurre con la píldora y su correspondiente semana de ‘placebo’, “se puede ‘jugar’ con el uso del parche o con el día de inserción para llevarlo donde es deseable”.
Entonces, ¿podemos emplearlo de tal manera que se evite la menstruación durante un mes o meses concretos? Así es. “Sería tan sencillo como no descansar la semana que corresponda, colocándose el parche que utilizaríamos el siguiente ciclo”, explica Cárdaba,
Ahora bien, esto no quiere decir que sea lo adecuado habitualmente. “La capa interna del útero debe renovarse periódicamente de vez en cuando a través de la menstruación como factor protector del cáncer de útero y la carga hormonal a la que las mujeres estemos expuesta debe ser la adecuada en base a los descansos establecidos por cada método”, añade.
Después de estos cambios, “al reiniciar la nueva toma de pastillas o uso del parche, después del descanso, se deben seguir las pautas habituales y se volverá a la menstruación cada 28 días”, concluye Redondo.